noviembre 28, 2007

La Payasá


Ayer mi mamá irrumpió en la pasividad de mi pieza para decirme, "ahí tení la plata para comprarte tu payasá"... y vi el macbook cada vez más cerca.

El tema es que estoy convertida en una consumidora con intereses de consumidora y con capacidad de consumidora, cuestión que no siempre pasa frente a máquinas que implican la inversión que implican... es distinto a elegir si me voy en metro o micro, o si compró una coca cola o un jugo de guayaba (el tema con los sustitutos perfectos y blah blah blah... tan económico la cosa, tan bacán que eh ecónomico). Es que sé que si me compro un macbook ($800.000) tendré un porcentaje mayor de felicidad que si me compro un Dell ($740.000) o un HP ($780.000) que son las otras opciones más cercanas, porque es lindo, porque es nuevo (sistema operativo que no conozco) y es entretenido aprender a usar cosas nuevas, además de todas esas cosas que tienen los mac como su confiabilidad, seguridad, facilidad, etcetera; pero me da susto, primero, no es poca plata y puede que no satisfaga mis expectativas y en el fondo sea igual de feliz con el Dell o el HP, segundo, porque puede fallar, o sea, nunca me había informado tanto antes de hacer una compra y leer tantos escritos sobre fallos producto del recalentamiento, me asusta, aunque, también digo, es más lógico encontrar foros con gente preguntado qué rayos pasó con su máquina, que de gente alabando lo lindo y de perilla que le funciona (y también los hay), tercero, puede ser complejo el cambio, me aseguran que es fácil y que si no me acostumbro, le instale windows y ya está, cuarto, la versión "económica" no le lleva grabador de DVD y eso puede significar un problema por la cantidad de DVD pirata (respaldos, perdón) que produzco al mes y quinto, que después de todo, mis dos máquinas anteriores, esta y la que usa mi hermana (con pentium mmx, que este año cumple 10 años y sigue vivo.... O.o) han sido armadas y con respaldo técnico ante cualquier fallo y con los requerimientos técnicos que he pedido expresamente, de hecho Gastón (así se llama este elefante blanco) corre de lujo y nunca ha dado un solo problema, entonces, me da susto que pagando más del doble de lo que costó este, zas, al mes, tenga que recurrir al técnico, no sé, desconfianza al sello de fábrica.

También he leído de gente que se tiró a la piscina no más y que pasó de las tinieblas a la luz, con experiencias increíbles y en, definitiva, lograron satisfacer sus expectativas y convertirse en consumidores felices...

La pregunta del millón, por qué rayos quiero un portátil, sepa moya, pero igual es choro no tener que pagar cuando esté en el sur para conectarme y mantener mi vida debajo del brazo... puaj!, vida moderna / naturaleza humana, ser insaciable, que me creo necesidades de la nada.

Eso, espero tener pronto la payasá para ver si fui finalmente más feliz o no (además tengo poder negociador, es genial - presionante estar en esta posición, definitivamente sería más simple no contar con la plata y tener que conformarme con menos... me recuerda la historia del tipo que tiene un volvo y que un día dijo, quiero un audi, pero luego se dijo... y para qué quiero un audi... y decidió quedarse con su humilde volvo... también sería más simple si tuviese tal racionalidad económica).



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noviembre 21, 2007

Me cargó

Todo comenzó cuando vi "Una estrella y dos cafés" (que merece comentario a parte) y ya, me cargó;

1. Que Gastón Pauls sea argentino o que no sea chileno en verdad.

2. Que se parezca a Jeremy Piven y que, a su vez, se parezcan a personaje - objeto; tengo los gustos tan claros que me vuelvo predecible.

3. Que el acento argentinés sea tan pegajoso, desde que no hay telefe en mi tele y desde que no leo ni a Cortázar ni a Borges, se me había olvidado.

4. Que no pueda conseguir "Soy tu fan" ni en DVD, ni en ningún formato, salvo YouTube en que está la versión corta y me cargó el final. Además, que no la vayan a transmitir en Chile.

5. Que me duela el brazo, o que no me deje de doler en verdad; y que, para rematar, me caiga de la escalera y si antes sólo me dolía la muñeca, ahora me duele el codo y el hombro y la costilla del otro lado.

6. Que tenga que estar en dos lugares el sábado, en uno en que debo estar y otro en el que quiero estar.

7. Que no me haya comprado el mac ayer.

Ya, me cargó todo.

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noviembre 13, 2007

Día de furia

Hoy estoy más tranquila para poder (d)escribir la experiencia de ayer, digno cierre de un semestre tan asqueroso como el que se cierra y si bien quedan los exámenes, en este tiempo yo manejo mis ritmos y puedo dormir hasta tarde.

Hoy desperté y todavía no creía lo que había pasado ayer, a parte de que me quedé dormida agotada, viendo tele y con un dolor de ojos y de cabeza increíble, hace rato no lloraba tanto.

El contexto, la última prueba del semestre, mi oral de civil.

Lloré el domingo en la noche porque quería ir a la igle y no pude, me faltaba harto por estudiar; lloré el lunes en la mañana, muy temprano, porque me dijeron que me fuera a la Escuela porque había muy poca gente dando la prueba y que el segundo llamado iba para ese día, así que era probable que me tocara (me faltaba la mitad de la materia por estudiar aún); lloré cuando empezó a correr el segundo llamado y me fui a poner ropa de abogado; lloré cuando me paré de la prueba, con un 4 (por haberla dado sin haber estudiado); lloré cuando mis ayudante me fueron a consolar; lloré cuando fui a devolver los libros con los que no estudié para el 4 y el tío me preguntó que qué me pasaba; lloré cuando me fui a cambiar de ropa; lloré cuando me estaba quedando dormida en el auto y terminé de llorar en la faldas de mi madre, así, con escándalo, cómo necesitaba llorar.

Pero hoy me sentí una mujer más fuerte, hasta me sentí bacán; ayer, por primera vez fui favorecida por tener santos en la corte, aunque hubiese sido mejor que los santos actuaran ex-ante y no ex-post, un 4, con la prueba que di, fue un gran regalo. A pesar de que hubiese sido políticamente incorrecto no habérmela tomado ayer, fue maldad habérmela tomado de todas formas, quizá no me creyeron que DE VERDAD me faltaba la mitad por estudiar, fui la última, pude darla hoy y el cuento hubiese sido completamente distinto, diametralmente distinto, en verdad la injusticia de que mi apellido fuese con D era más grande que una decisión correcta de la no discriminación arbitraria, (discriminación, en un curso, que según las conversaciones de hoy, todo el mundo la sintió).

Hoy, con el tema ya asumido, sabiendo que no fue porque no supiera intrinsicamente, sino que porque es una materia memoriona, que sin estudio era complicado tener los requisitos claritos, a excepción de la posesión regular, que por no saberlos, me debiesen haber rajado ahí mismo, tengo claro que mi potencial en esta área no va en la memoria sino en el análisis, es cosa de ver mis notas en procesal, y eso, me tranquiliza. También comentarios como que tenía que tener cojones para sentarme al frente con sólo un día y medio de estudio y no cagarme ahí mismo o "me dijeron tu nota y no me la creía"; así que hoy ya estaba calmada, primero, porque he descansado y pucha que me hacía falta, conversar con mis amigos, tomar once tranquila, ver lola tirada en la cama, y luego, porque no había estudiado, porque tengo la seguridad que con un día más, con la tarde que me faltó, tenía la prueba en el bolsillo, ninguna pregunta que escuché me sonaba a extraterreste, sabía exactamente donde estaba la respuesta y eso me dio tranquilidad. Y también por saber que cuento con mis amigos, que me subieron el ánimo todo el rato y que me acompañaron a embriagarme como lo necesitaba y como hace tanto tiempo no lo experimentaba.

El tema es lo que pudo ser y lo que implica el 4; mi mamá me dijo que no hiciera este curso con ellos, pero yo dale con que no, con que civil tengo que saberlo bien, porque es lo que me gusta, porque lo disfruto, porque más que mis profesores existe un lazo de afecto; pero cuando empecé a ver los resultados, cuando empecé a ver "el club de los beneficiados" (que buen apodo, lo conocí hoy), cuando empecé a ver la carga académica de los otros cursos y los resultados en cuanto a nota de esos cursos, empecé a enchucharme un poco y ayer me dije "por qué cresta", hubiese tenido un semestre más relajado, hubiese rendido bien en la OTRA gran cantidad de otros ramos que tenía, hubiese dormido un poco más de horas y hubiese pasado el ramo con 6 y, hasta quizá, con 7. Sé que sé mucho derecho de bienes y, como me decía uno de mis profesores, que habían ramos que importaba mucho más el contenido que la nota y sí, es cierto, pero cuando pasa el tiempo y uno empieza a ver más cerca el mundo real, es que tengo claro que este 4 me va costar un poquito caro, porque, primero, no tengo contactos ni tengo nombre, no soy blanca ni tengo los ojos claros, por lo tanto, a mi se me pesa por la universidad, por los profesores que he tenido y por mis notas y es lo que he dicho siempre, los hijos de la educación pública, tenemos que estudiar de verdad, porque no tenemos el futuro seguro, yo no escojo, me tienen que escoger, y sí, estudiar así hace que uno rinda (además de que guste la cosa, claro), pero además provoca llanto en el fracaso, por el esfuerzo que se le ha puesto en cada nota (y caerse en la que más valía) y porque la nota no es lo que vale hoy.

Quizá pienso mal, quizá me pongo más presión de la que debería tener y quizá es sólo el trauma de que no pude estudiar lo que quería porque un 6.3 es muy distinto a un 6.5 en el colegio; pero hasta el mismo Orellana una vez dijo que algunas personas sí tenían que estudiar pensando en la nota.

Y fin, tengo que estudiar demasiado si quiero pasar el ramo como necesito pasarlo; se agradece la experiencia, sentir vergüenza, sentirse como las güeas, cachar que no se es un ser iluminado porque a los seres iluminados no les pasan estas cosas, saber que hay gente que le tiene envidia a uno (no sé porque eso me satisfizo) y que se alegró con mi nota, que me dijeran "ah, es que como eres ayudante de Barros (y yo no, que lo merecía), pensé que te iba a ir bien", pero, ojalá, no se vuelva a repetir. Tengo la cabeza cansada, ya no pienso, el otro día me preguntaron qué era una persona jurídica y no saber eso o al menos no poder construirlo, le recuerdo que no soy memoriona, me demostró que tengo el cerebro realmente fundido, pero hoy se alegraron de que volviera la beepy de siempre, al beepy no estresada, que echara la talla y tuviera tiempo para andar feliz.


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noviembre 10, 2007

Sobre ayer.

Vengo llegando de mi penúltima prueba y antes de dormir la siesta para iniciar mis 48 horas de amor (por el derecho de bienes), me vine a escribir sobre que fue ayer... el ayer cronológico, no ando con tiempo para las nostalgias.

Resulta que se me acabaron las clases lectivas de tercero, ya se habrá enterado usted de lo tremendamente sufrido que fue, que al inicio me decían que era inmoral que la Escuela me dejara tomar tanto ramo y que para qué rayos lo hacía, que, además, tener una ayudantía era como tener un ramo más y que nueve era como mucho; pero me hice la valiente, y los únicos que pude haber botado, dos no valía la pena botarlos y el otro... no tenía seguridad que me asignaran al profesor que yo quería (y que resultó siendo uno de los ramos que más disfruté en el semestre, lástima que sólo durase un semestre).

Y ayer fue el día en que los profesores se despedían y era viernes, el día redondo, en que no había ramo latero. Primero Bofill que es tan House, junto con López, hicieron que mi puerta cerrada al Derecho Penal se entreabriera, y ya no encuentro tan descabellado dedicarse a esa área, además de que terminé envidiando el modo en que "el señor barbas rojas" (Bofill es colorín) hacía clases. Ahí ya me quedé con un nudo en la garganta, porque fue tan cortito el curso y tan interesante, nunca me había pasado que antes de un control de lectura hiciera mi mayor esfuerzo por terminarlo de leer, pero no por el control (por la nota), sino que porque los textos eran realmente interesantes, además el curso fue poner a prueba mis convicciones políticas, humanas y sociales, no sé, quien diría que era procesal, que me dolió perderme LA clase que no pude ir, que me dolió cuando no se hicieron tres clases, porque, cómo se les ocurre si es un curso tan corto!.
Después, vino la despedida de Zaliasnik, memorable, aunque llegué tarde al ciclo (de un año y medio) huyendo de los ayudantes de Soto, aunque extrañando a Soto la nostalgia se fue yendo y le fui encontrando la utilidad de saber lo que estaba ahí, aprendiendo; se nota que a Zali le gusta lo que hace y lo disfruta y eso se transmite y hasta se envidia. Litigante de los buenos, nos comentaba que la finalidad de la Escuela no debía ser sólo sacar a buenos abogados, sino que a buenas personas y ratificaba lo yo que decía, desde el punto de vista particularista de MI blog, de que lo bueno de seguir haciendo clases en la Chile, era que se encontraba de todo y que se notaba el interés, cosa que no siempre se veía en otras universidades con redes de seguridad más extendidas (sí sé que somos chovinistas) y a eso me refería el otro día, con que son distintos los esfuerzos cuando se tiene seguridad respecto del futuro y por eso, a él, le molestaba un poco esos alumnos que no buscaban rendir a mayores capacidades. A esas alturas ya tenía la guata media apretada.
Así que a la clase de Morales me mandaron con pañuelos, porque el joaco logró prenderme un interés inusitado en las ramas del Derecho Económico (este era el ramo que pude haber botado, pero que me dio susto porque pude haberlo hecho con profesores normales y/o de la vieja escuela) y fue aquí cuando me arrepentí del camino fácil en mi formación en Derecho Público; y no sólo porque no me daban urticarias los comentarios del profesor (pertenezco a la mala raza del liberal protestante, pero latino, cuec), y fue choro cuando Morales dijo que el sistema económico estaba hecho (y era bueno) porque el hombre tomaba decisiones por conveniencia y no por bondad... porque me acuerdo de la clase de oso (¿que será de oso?), cuando estábamos viendo la guerra fría en tercero medio y comentábamos con la marijo que la solución era crear un sistema que se adaptara al interés (natural) egoísta del hombre (sin cachar mucho de que se trataba el neoliberalismo). Lo bueno fue que Morales no se despidió (así que no tuve que usar los pañuelos que me regalaron, porque mi nivel de sensibilidad/tensión [poco tiempo para estudiar dos pruebas] a esa altura del día estaban llegando al punto más alto), sino que, mejor (ñoña!) fijó dos clases extraordinarias para terminar de ver la materia.

Durante lo poco que pude pensar en el semestre, llegué a la conclusión de que claramente no es que me guste ir a clases para tener que estudiar menos para las pruebas (era mi idea de siempre), sino que, me gusta ir a clases porque ahí se vive la universidad, cuando más voy a escuchar las ideas de López dichas por López respecto de la prisión preventiva o la prueba ilícita; y me miraban raro ayer cuando decía que andaba con pena por las despedidas, pero es la mezcla admiración - cariño por mis profesores (eso que me viene de chiquitita, a excepción de uno, en que se me pasó la mano) y por la condición personal de ser agradecida, es que han sido determinantes en el giro de 160º (falta un poco todavía) que he tenido en mi postura frente a la carrera y es un cuestión que me sorprende... harto (iba a decir gratamente, pero no, porque el derecho es feo y fome).

Me acordé de que tengo que poner a enfríar las RedBull, que son milagrosas, porque creo que sólo queda un último cartucho por quemar... y ya veremos, no creo que sea tan macabro un tropezón un poquito fuerte, un golpe medio traumático y estar lunes y martes hospitalizada... esas cosas se piensan cuando no quedan fuerzas para pensar... a-go-ta-das

(low batt) ojalá que alcance.

noviembre 06, 2007

Hipo.con.dría

No creo que sea normal que me trapilque con pasta de dientes cada vez que me los lavo.



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noviembre 03, 2007

Sigo llorando

De que estoy cansada no es una novedad, pero en este “largo” fin de semana, estoy cachando que estoy realmente cansada, estresada y con todas esas cosas mentales que le vienen a la gente producto del agotamiento; tanto así que agradezco al Cielo que no me hubiese venido antes, porque hubiese congelado, así de brígido; y tengo problemas en que sea ahora, porque todavía queda mucha nota que jugarme y ya no tengo ganas, se-me-agotaron.

Es que me pregunto si realmente valdrá la pena tanto esfuerzo, si no es mejor terminar la carrera por la caletera, no es un secreto que en la Escuela hay 3 modos de llegar a ser abogado y no creo que sea malo tomar el rumbo más simple. Me pregunto si valdrá la pena estar encerrada tanto rato, ayer fui a comprar ramitas al bazar de la esquina y la señora me dijo que estaba grande y que ella pensaba que ya no vivía acá (así de ausente), si valdrá la pena dejar de visitar a mis amigos de la vida, a mi familia, dejar de leer cosas que me interesan, ir a la igle solo los domingos, en fin, dejar de vivir, sólo por esto.

Tengo una amiga que se ha echado el examen de grado dos veces (el límite son tres y una cuarta rogándole hasta al Papa) y me cuenta sobre lo injusto que es que se haya encerrado dos años a estudiar y en 20 minutos se los hayan echado a pique; y es cierto, insisto que otro gallo cantaría si tuviera la seguridad de que el esfuerzo va a ser recompensado.

Cuando recién entré, me dijeron que cuando llegara a este punto, no me olvidará de cuales habían sido las razones que me llevaron a estudiar derecho, el problema es que esa solución no me sirve, porque la razón fue que no me alcanzaba para estudiar lo que quería; y reconozco que fue crucial que este semestre enganchara tanto con procesal y económico (y con las clases de Winter en penal) y que agradecí la existencias de profesores como el de Comercial, porque me mantuvieron interesada y hasta me daba lata cuando tenía que faltar a clases (o sea, me quedaba escuchando a Bofill, hasta el último suspiro que daba, por qué cuándo más que ahora, época universitaria, voy a tener la oportunidad de cruzarme, de primera fuente, con lo que piensan gentes como estas).

Pero eso pugna con esto, con el si vale la pena, tengo claro que el ser “ayudante de-“ le da un buen color a mi curriculum, pero no sé hasta qué punto, a parte de sentir que se trata de un título que me queda como poncho. Me gusta el derecho civil y el económico, pero no soy parte de la elite que se dedica a esas cosas y tampoco soy lo suficientemente inteligente como para soslayar ese detalle (a parte de que me da lata que por vivir en este rincón de Santiago y no ser linda, tenga que esforzarme el doble que el resto).

En fin, agradezco ser racional aún en mis estados irracionales, y saber que este estado es sólo circunstancial y que queda una semana de clases (lo que me da una tristeza tremenda) y que el semestre más asqueroso de la vida se acaba. Lo malo es que a pesar de mi racionalidad, no puedo controlar ni la ansiedad, ni darme ánimos para estudiar para las pruebas del lunes, miércoles y viernes.

PS: encontré una muy buena razón para no comprarme un macbook, la versión “económica” no le lleva grabador de DVD (así que también estoy recuperándome de ese impacto).