junio 16, 2008

La utilidad de Facebook

Me acuerdo que una amiga me dijo que me hiciera un facebook y tengo que reconocer que antes de que saliera la versión in spanish, poco y nada lo usaba, salvo hacer un par de quizes y recolectar uno que otro amigo; era tal mi bajo uso y el bajo uso de mis amigos, que por cerca de tres o cuatro meses mis contactos no subieron de 25. Pero vino la revolución y con la revolución una serie de nuevos contactos y con esos nuevos contactos, retomar contactos perdidos hace una década atrás (tampoco he vivido tanto).

Así fue como un día un nombre que le sonaba a mi memoria de los primeros años escolares me enviaba la "solicitud de amistad" y con ella, la vorágine de amigos antiguos, pero de los más viejos y de quienes no sabía noticia desde hace once años.

Me fui de mi colegio de básica en el '97 (sexto básico, tengo el diploma enmarcado) y ese tiempo quedó congelado, tengo que reconocer que esas personas fueron tan importantes como las que vinieron luego en el liceo, que hay recuerdos que se me confunden y ahora con los lazos de la Escuela, también pasa algo lo mismo... "parece que los conociera de toda la vida" que la vida se confunde.

Y el sábado tuvimos el reencuentro, que fue bien choro, la conversación fluyó como si nos hubiéramos dejado de ver ayer, fue grato, choro, genial, bacán, recordar tan fresquitos los hechos de hace tanto tiempo atrás, ver en que estaba cada una, como algunas ya tienen el futuro en el presente (me salió a lo "P.S. I love you"), pero que una ya está casada y otra tiene dos hijos (sí, se me cayeron los años encima). Fue genial recordar a tanta tanta gente, a personas que uno guarda en la memoria con el cariño grato de los buenos recuerdos; fueron geniales las tallas del presente y los consejos para el futuro.

Juro que lejos de esta circunstancia, me hubiera sido imposible recordar sus caras o unir sus nombres a rostros, pero fue verlas y ya estaba; claro, once años se notan, pero era ver rostros ya adultos con los mismos rasgos de los diez años, los tiernos tiempos del aprender a leer, jugar en la calle y ver el Hugo.

Creo que once años termina no siendo tanto tiempo, o estoy más vieja y mientras más viejo el tiempo pasa más lento o, en realidad, tres periodos presidenciales, dos guerras, seis años de enseñanza media y cinco de universitaria, no parece ser tanto tiempo.

Como la web 2.0, no sólo quita increíblemente el tiempo, sino que muestra su paso así enterito.


junio 09, 2008

Llueve sobre mojado.

Cómo recordará del post anterior, hay momentos en que uno se pregunta qué rayos está haciendo respecto de lo que está haciendo y porqué rayos está haciendo lo que está haciendo; qué son un tipo de preguntas que uno no debiese hacerse cuando no está haciendo lo que desearía estar haciendo.

Así que la vida continúa obviando ese par de preguntas y sigue bajo la cotidianeidad de la normalidad que produce el no pensar mucho respecto de lo que se está haciendo… normalidad que se rompe cuando cae la gota que rebalsa el vaso. En cada etapa de crisis es necesario el climax. El cansancio del semestre anterior, se reflejó en civil; el tedio de este semestre, en regulación de servicios públicos.

Resulta que nunca había estado en esta posición y no tenía presupuestado estarlo hasta tributario que es el ramo al que le tengo respeto en la carrera y que lo patié para tomarlo en quinto y dedicarle tiempo, no vaya a ser cosa que me pase como en económico, que me gustó tanto, pero que por falta de tiempo, no pude disfrutarlo.

Ando asustada, con un miedo terrible, no incontrolable porque nada tan terrible puede pasar si uno se echa un ramo, sólo que es un poquito difícil asumirlo cuando no estaba en los planes; créame, a pesar de mi costumbre, no exagero. Me han dicho que no es imposible pasar un ramo teniendo un uno (así, 1) que vale bastante de la nota final, pero mi gran problema es que a la hora de lo que hubo, a la hora de sacarse los match point de encima, aparece el pánico escénico y simplemente no resulta. Traté de hacerlo en civil el semestre anterior, estudié para el 6 y resultó un 4,1, entonces los antecedentes, la historia, no me avala.

Tengo mezcla del miedo resistible con pena, con rabia, con esa sensación de “usted se cagó solita”, porque además es en un ramo que elegí solita y que me gusta, que me ha gustado ene; de nuevo la carga del “si no hubiera sido”, no sé si me equivoque haciendo tales cosas, el semestre pasado eché pericos porque en el curso paralelo hubiese pasado el ramo, en el peor de los casos con 6. Ahora, si hubiere optado por otro ramo (léase algo tan emocionante como estudiar el derecho bancario), lo hubiese pasado, en el peor de los casos, con 7; pero no, la niña aspira(cionista) decide irse por cursos pseudo-ñoños y ahora está que se lo echa, por la drástica medida de los 20 minutos. Qué pasó?, si no entregaba un trabajo en el plazo, se entendería por no presentado, yo interpreté la norma como si usted no entrega el trabajo se entenderá por no presentado, si lo entrega tarde, se entenderá con un descuento en su nota final (así funciona la justicia en la cabeza de la vivi). Pero no, la verdad era la literalidad de la norma y hoy el profesor dijo “lo siento, las reglas estaban claras”, así que a bancarse el 1, queda hacer un buen alegato de un juicio (simulado) que no entiendo porque no hay quien explique una norma que no existe en realidad, usted me podría explicar, finalmente, como afectan los costos de explotación en el precio que paga el consumidor final del servicio de gas?... no dormimos una noche pensando en eso y todavía no encontramos la respuesta (no se atreva a mirar el DFL que no existe, porque no entenderá nada).

Hoy seguía sin estar en la clase de regulación tras la sentencia del profesor, que rogamos pueda ser sometida a revisión, y pensaba qué que rayos estaba haciendo ahí, que por qué no dejaba hasta acá el tema de estar haciendo algo que no me gusta (y me iba al sur, me iba de viaje, ayudar a mi abuela, cuidar el campo, que se yo), y que lo aguantaba porque saber rico el éxito, pero, acabado, ya no quedan razones; anoche en la igle me imaginaba siendo “abogado” y no me causaba gracia y hoy el notición… mi nivel de tedio sigue aumentando, la desmotivación se nota y el único ramo que me estaba salvando el sementre (como el único que me gustaba) estoy ad portas de echármelo, la vida tiene unas vueltas increíbles y juega un par de bromas de mal gusto que en verdad verdad, no causan gracia.

Oye, qué hace un procurador corporativo?, dado que me aburrió la Escuela, veamos que tal resulta trabajar un rato y, dado que cuento con un lindo 4,5 en civil y un ramo reprobado o aprobado con 4 en el mejor de los casos, necesito el dinero que no suplirá la beca.

De vez en cuando la vida… escolar… diría Serrat (hace rato no escucho a Serrat), “nos gasta una broma y nos despertamos, sin saber qué pasa, chupando un palo sentados, sobre una calabaza”.