enero 31, 2006

Por no ser monedita de oro.

"Es una verdad, universalmente aceptada, que cuando una parte de la vida adelanta y mejora, la otra parte falla y empeora catastróficamente”, sigo sacando frases de mi cultura pop, ahora, para hacer el lindo relato de la ausencia por el siguiente mes.
Hay un asunto que le he dado vueltas ahora que he tenido tiempo para pensar en cosas más inútiles que lo común y he observado la manera en como ha ido variando la forma de pararme ante las relaciones interpersonales; siempre me he considerado individualista y cuando comencé a adquirir nociones del utilitarismo, también me reflejé con él y con el de acto, en resumen, una mierda de persona y como tal, las relaciones siempre las fijaba en el polo de ‘te doy si tu me das’ y, por lo tanto, tiendo a no querer mucho ni a mucha gente, porque el cariño puede afectar a la independencia y eso da pavor.
En un par de horas me embarco hacia el sur, donde está absolutamente toda la prole (mis 5 tíos y los 15 primos que somos) y me encantaría seguir de largo e irme a acampar a Pucón y quedarme ahí el resto del verano, solo porque tengo claro que el afecto con que seré recibida será... como decirlo... de una calidez empalagosa; a decir verdad, acá se aplica la filosofía diaria de ‘no te voy a rogar por cariño’, pero el dilema aparece cuando sí me interesa mantener un canal abierto y entonces el dame y te doy se me va a las pailas y entra la dualidad racional – irracional a pelear acá adentro y ya veremos cual de las dos gana, porque me voy teniendo claro que, respecto de esto, de las cosas que me interesa mantener, tengo una relación que recuperar y otra que salvar (si es que existe disposición, claro), aunque sería más fácil quedarse así no más y lo más probable es que termine cortando por lo sano, pero la parte irracional y obsesiva no quiere y, por tanto, habrá que esperar.
Entonces, no queda más que dejar al tiempo detenido, meterme a la burbuja y olvidarme de toda historia presente o en construcción, por lo menos desde el 1 de febrero; espero poder correr olas, tirarme de muelles (de ahí que resulte fácil hacer la descripción de la caída, gracias por los elogios), terminar de leer Rayuela y dormir todo lo que en enero no pude.
La casa queda sola por un rato, ojalá y tenga buenos vecinos, al menos, no me apedreé las ventanas ni me raye las murallas.
Cariños a la gente que le llegue el cariño, al resto, gracias por leer.