Este, capítulo, se ha terminado....

Cuando puse el punto final a mi último examen casi lloré, si es exagerado, pero fue asumir que se acabó el semestre más horrible que he vivido, fue recobrar la vida luego de cinco largos meses (que se hicieron nada porque no hubo tiempo para darse cuenta de que el tiempo pasaba) y acá estamos, ya dije alguna vez, revividos cual ave fénix, capaz de sobrevivir a lo que venga, o sea, cinco meses sin dormir, dos horas por noche, hasta cuatro y eso era dormir mucho; los amigos que llaman y que preguntan donde rayos estás; la familia que dice hace tanto tiempo no te veo; un año, casi, sin ver a tanta gente y a cuantos tuve que dejar de estar por deber estar donde no quería estar. Reconozco que lloré varias veces, que pensé que no podía, que me daba rabia no poder dormir, no poder salir, perderme de la vida que estaba allá afuera y sigo preguntándome si realmente habrá valido la pena, si estará valiendo la pena.

Ocho ramos y hasta judaíco me pesó; pasé civil (el que se supone que es mi ramo) con más baja nota que en el peor procesal que he tenido (el que se supone es mi peor ramo), cuando me entregaron la nota del examen juro que quise dejar la carrera, que quise renunciar a Barros y que sentí tan ajenas las palabras de elogio en el asado de fin de semestre; cuantas veces sentí miedo, sentí la derrota durante este año.

Cuando empezamos, uno de mis profesores nos dijo "los vamos a llevar al extremo de sus capacidades" y cuan cierta salió la profecía, pero estudiando en patota para el examen de económico, uno de mis amigos dijo que no estaba acostumbrado a estudiar tanta materia en dos días y nosotros nos miramos diciendo, si, bueno, ya es costumbre.

El sistema evaluativo de la Escuela es terrible, no sé cuanto Derecho, del que me enseñan, realmente sé, y no por mala voluntad, tengo asumido que una de las funciones de la Escuela es producir profesionales y para eso es necesario aprender y no repasar, vomitar y olvidar; pero este régimen sólo permite eso, es un calentamiento de contenidos y el "materia pasada, materia olvidada" se hace realidad aunque uno no lo quiera; y ahora significó sufrirlo, porque en verdad, la carrera me ha ido conquistando y cuando empiezo a disfrutarlo, no hay tiempo para masticarlo.

Tuve ramos exquisitos, pero a los que no pude sacarle el jugo; me di cuenta de que era humana y que tenía límites cuando había dormido una hora y desperté vomitando, eso fue llevarme realmente al máximo de mis capacidades, ahí comprendí lo que era andar reventado (y claro, suspendí hasta hoy mi tratamiento con tetraciclina). Después de descansar un rato me miro al espejo y las ojeras no blanquean, pero que va, de vacaciones al fin.

Gracias por sus oraciones, gracias por su apoyo, gracias por sus palabras de aliento.
Ya quedan dos años, sólo dos años de U y no quiero.

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