julio 13, 2007

Dilema moral

Soy alumna del abogado que logró que Fujimori no fuese extraditado (hasta ahora) y, en mi papel de alumna (el más simple y menos contingente) ya tengo mis dilemas morales frente a mi percepción de Zaliasnik.

Resulta que el tipo es simpático, es buen profesor y, en general, los buenos penalistas se meten en las patas de los caballos a defender gente que no tienen por donde; el año pasado fui alumna de Miguel Soto, que defendió (y ganó) a Tombolini y ahora (por razones orgánicas y funcionales) soy alumna del que defendió a Jovino Novoa y, desde el año pasado, a Fujimori.

Y claro, resulta evidente que si hablamos de debido proceso y todas esos principios que nos dan como caja desde primer año (principios que gente como el chico Alberto ni se imaginan que existen, sorry por mi conciencia retribucionista) todas las personas tienen derecho a defensa y, como quedó demostrado en el curso de Penal de este semestre, si sólo nos dedicásemos a defender inocentes, la pega no alcanzaría para más de cinco abogados; y que la inocencia y la culpabilidad tienen que emanar de un juicio en el que el principio anteriormente mencionado debe estar presente de forma transversal.

Así que, hasta el chico Alberto necesitaba que alguien lo defendiera con todo lo problemático que eso parezca.

El tema es que por razones morales la extradición era indiscutible, sobre todo si se observa que si Fujimori no se va para Perú, quedaría sin ser juzgado; pero precisamente el derecho comienza en el límite donde termina la moral y, dado que nosotros no sabemos si es culpable o inocente o, lo que le correspondía precisar al Poder Judicial chileno, si se ajustaba a derecho la extradición o no, cuestión que debía definir el juzgador y no nosotros (por su cercanía e imparcialidad frente a los hechos), tampoco nos correspondería definir la moralidad o inmoralidad de los abogados que lo defendían (a no ser que mintieran o hiciesen uso de otras artimañas que opaquen el humo del buen derecho).

Así que la conclusión final, a pesar de mis motivos morales, fue que el cabrón de Zaliasnik ganó un juicio que todos creíamos perdido y para hacer eso hay que ser muy cabrón, y ahí está mi dilema, moralmente el fallo es horrible, jurídicamente, Zalisnik es un genio y ayer, cuando andábamos todos mamones con “el abogado genio cabrón de mi profesor”, sentí una verdadera admiración por él. Porque, además, el discípulo le ganó a su maestro (que, se notará, estaba en la posición estratégica más cómoda) y mientras sigo preparando mi examen con Etcheberry de cabecera y me decía, cómo me gustaría que tipos como Etcheberry me hiciesen clase, ayer me callaron la boca porque, “el abogado genio cabrón de mi profesor”, le ganó y andamos mamones y guaja!.

Nótese que creo que la Corte Suprema lo va a extraditar, por razones políticas, porque dicen que el fallo es malo (dicen, no lo he leído para sumarme a uno u otro bando) y porque parece ser lo moralmente correcto, o sea, de que los jueces fallen conforme a derecho evitando sus prejuicios frente al caso sigue siendo la utopía de lo que creemos como deben ser las cosas; pero de que la defensa ha de haber dado argumentos bastante contundentes para cambiar el curso de la decisión del que todos estábamos convencidos, no me cabe duda y eso es... admirable.

Sigo preparando mi examen de penal, que tengo que volver a dar el martes, desde Antuco, para irme el jueves a Lebu, porque, resulta, que está todo el mundo de vacaciones y yo tengo que volver sólo a dar el examen (porque hasta ahí nos más me llega la mamonería y uno sabe que es culpa de la Escuela y no de “el abogado genio cabrón de mi profesor” y que se le va a hacer).

3 Comments:

Blogger Carlo said...

Querida:

La respuesta a ese dilema es tan simple...

Alguien tiene que hacerlo.

Así de simple.

Buena suerte en tus peripecias.

Carlo.

viernes, julio 13, 2007 9:06:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

"dado que nosotros no sabemos si es culpable o inocente o, lo que le correspondía precisar al Poder Judicial chileno, si se ajustaba a derecho la extradición o no, cuestión que debía definir el juzgador y no nosotros (por su cercanía e imparcialidad frente a los hechos), tampoco nos correspondería definir la moralidad o inmoralidad de los abogados que lo defendían"


1.Fuera de la apariencia que tiene tu comentario, el extracto que he citado tiene un corte bastante iusnaturalista. (no tiene nada de malo a mi gusto, pero me interesa tu respuesta sobre aquello xD)

2. Junto con lo anterior (o quizas en su substitución), suena además como una suerte de excusa jurídica interiorizada como valor moral con el fin de que en tu cabeza se ponderen tu admiración por el profesor con la sensación de que "algo raro valorativamente tiene el fallo".


3. Con respecto al fallo, mmm tampoco lo he leido, pero las 99 páginas que tiene no me aseguran un gran despliegue argumentativo del juez ni de las partes necesariamente. Quizás sea por tanto fallo del TC que teniendo arriba de 70 páginas cada uno, lo chanta no se lo quita nadie.

Bueno eso sería....

Pd: No ess en mala ondas, pero me atrajo el post.

viernes, julio 13, 2007 11:29:00 p. m.  
Blogger Oscar said...

Encuentro bacán eso de que te haga clase gente que realmente está "donde las papas queman". Esa experiencia es innegable.
saludos.

martes, julio 24, 2007 3:24:00 p. m.  

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