Y al otro día...
Simplemente fenomenal, no encuentro palabra mejor que describa el encuentro de anoche.
Creo que se me está haciendo costumbre esto de pasarlo bien, de hacer de 3 horas un día y guardarlo en este archivo que de a poco a comenzado a tener forma.
Claro, al principio los problemas de siempre; que no encuentro el chaleco que me iba a poner, que donde cresta están los pantalones, "mamá, los pantalones verdes están lavados?!", "ya, ahora se me perdió el cinturón", "eso que iba a llegar a las 7.45 a Tobalaba y son las 7.30 y yo todavía aquí" (en casa, Las Rejas), luego que no pasan micros, luego que el metro se demora, luego que salimos del metro con Eva y como siempre comienzo a caminar para el lado contrario de donde voy, luego que veo 11 de septiembre y se me perdió Tobalaba, "eso no está para arriba?", "hay que ver los letreros de las micros", brrrp, Tobalaba - Providencia - Alameda, está claro, vamos al revés; luego, "oh, ahí está el Unimarc, era tan cerca, y ahí Encomenderos y sale el 61 y nosotras vamos al 58, está tan cerca", luego Flannery’s y sí, ahí está Roger de Flor; luego, "cómo los encontramos?", "en ese grupo", "no, son muchos", "tu alguna vez viste la foto de alguien?", "no y tu?", "sí, la de María Pelouse y la de Roberto", y si los ves los reconoces?", "ehm…", "no", "no sé", luego de mirar por afuera entramos y nada, volvemos a salir "no se me ocurre", Eva llama a Nefele, Nefele le dice que no va y que en el primer encuentro los ha ubicado por casualidad (o sea, hay que confiar en la suerte), "y si me pongo un cartelito que diga Tempore?", "y si preguntamos mesa por mesa ‘tu eres bloger’?", luego "esto tiene segundo piso", "y hay Happy Hour" "subamos entonces", "los de esa mesa nos miran", "sí, nos miran mucho", "ya, les pregunto", "ya po", "no, me da vergüenza", "tu me metiste en esto", luego pasa Roberto, luego "ese era Roberto", "ya, po", "vamos, hay que seguirlo", "tu primero", luego "tu eres Roberto?", luego "ustedes son!!", luego esperar las sillas, luego acomodarse físicamente, luego acomodarse sicologicamente, luego wow (desde dentro), luego mirar desde fuera y wow, nuevamente y luego la hora, luego acordarse de que papi se tiene que acostar, salir y seguir con el wow, con el "me gustó eso y lo mejor de todo es que se volverá a repetir".
Realmente esta posibilidad que entrega internet, de elegir a las personas que uno quiere conocer, es excepcionalmente bueno, porque mi primer acercamiento con los blogs era con toda esa onda japonesa o media dark o la mezcla de ambas, línea que no me refleja mucho que digamos, pero termine encontrándome con ese pequeño mundo que conocí ayer y que ya lo encontraba genial desde el principio, creo que no tengo muy mala intuición.
Hoy la tarde está hermosa, creo que llovió toda la noche y parte de la mañana, en que la dormí hasta que a mi hermana se le perdió un paquete de galletas y cuando volví a despertar la lluvia había pasado, los pajaros aún cantan y el cielo está hermoso, como siempre, luego de la lluvia.
Gracias por lo de anoche, a los dioses y en especial a la fauna blogera.
Me acabo de comer un yoghurt con el dedo índice, hace tiempo no hacía eso.
Creo que se me está haciendo costumbre esto de pasarlo bien, de hacer de 3 horas un día y guardarlo en este archivo que de a poco a comenzado a tener forma.
Claro, al principio los problemas de siempre; que no encuentro el chaleco que me iba a poner, que donde cresta están los pantalones, "mamá, los pantalones verdes están lavados?!", "ya, ahora se me perdió el cinturón", "eso que iba a llegar a las 7.45 a Tobalaba y son las 7.30 y yo todavía aquí" (en casa, Las Rejas), luego que no pasan micros, luego que el metro se demora, luego que salimos del metro con Eva y como siempre comienzo a caminar para el lado contrario de donde voy, luego que veo 11 de septiembre y se me perdió Tobalaba, "eso no está para arriba?", "hay que ver los letreros de las micros", brrrp, Tobalaba - Providencia - Alameda, está claro, vamos al revés; luego, "oh, ahí está el Unimarc, era tan cerca, y ahí Encomenderos y sale el 61 y nosotras vamos al 58, está tan cerca", luego Flannery’s y sí, ahí está Roger de Flor; luego, "cómo los encontramos?", "en ese grupo", "no, son muchos", "tu alguna vez viste la foto de alguien?", "no y tu?", "sí, la de María Pelouse y la de Roberto", y si los ves los reconoces?", "ehm…", "no", "no sé", luego de mirar por afuera entramos y nada, volvemos a salir "no se me ocurre", Eva llama a Nefele, Nefele le dice que no va y que en el primer encuentro los ha ubicado por casualidad (o sea, hay que confiar en la suerte), "y si me pongo un cartelito que diga Tempore?", "y si preguntamos mesa por mesa ‘tu eres bloger’?", luego "esto tiene segundo piso", "y hay Happy Hour" "subamos entonces", "los de esa mesa nos miran", "sí, nos miran mucho", "ya, les pregunto", "ya po", "no, me da vergüenza", "tu me metiste en esto", luego pasa Roberto, luego "ese era Roberto", "ya, po", "vamos, hay que seguirlo", "tu primero", luego "tu eres Roberto?", luego "ustedes son!!", luego esperar las sillas, luego acomodarse físicamente, luego acomodarse sicologicamente, luego wow (desde dentro), luego mirar desde fuera y wow, nuevamente y luego la hora, luego acordarse de que papi se tiene que acostar, salir y seguir con el wow, con el "me gustó eso y lo mejor de todo es que se volverá a repetir".
Realmente esta posibilidad que entrega internet, de elegir a las personas que uno quiere conocer, es excepcionalmente bueno, porque mi primer acercamiento con los blogs era con toda esa onda japonesa o media dark o la mezcla de ambas, línea que no me refleja mucho que digamos, pero termine encontrándome con ese pequeño mundo que conocí ayer y que ya lo encontraba genial desde el principio, creo que no tengo muy mala intuición.
Hoy la tarde está hermosa, creo que llovió toda la noche y parte de la mañana, en que la dormí hasta que a mi hermana se le perdió un paquete de galletas y cuando volví a despertar la lluvia había pasado, los pajaros aún cantan y el cielo está hermoso, como siempre, luego de la lluvia.
Gracias por lo de anoche, a los dioses y en especial a la fauna blogera.
Me acabo de comer un yoghurt con el dedo índice, hace tiempo no hacía eso.
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