agosto 06, 2004

Sic transit gloria mundi

Hoja en blanco, enfrentada la terrible sensación de vacío (porque la naturaleza no lo soporta y el hombre es naturaleza), con la sensación de que se cambia, pero la permutación se dirige hacia donde uno no quiere, la idea no es victimizar, no es culpa de las circunstancias, ni del tiempo (como es la costumbre), tal vez no hay culpa, pero siempre algo hay, algo que necesita definición, pero no se encuentran palabras, palabras, esas que ya no existen, que ya no son o que simplemente rehuyen el aire y no se acercan y siguen aportando a la sensación del vaciamiento crónico. Porque el desierto es seco, muy seco y el agua se consigue desde lugares insólitos, sin siquiera la certeza de saber si es agua, no sacia, no refresca, simplemente hidrata, para, de alguna manera comprender, que aun se sigue viva.
Porque la inestabilidad inestabiliza o me inestabiliza a mi al menos, desordena las pelotitas que giran siguiendo la elipse alrededor de mi cabeza y ya no hay refugio, el desierto es un campo abierto demasiado grande, un campo abierto, sin siquiera un horizonte estable o al menos confiable y el miedo a que la mierda que comienza a transitar por las venas llegue al cerebro, hace de este transito algo mucho más escabroso

Y no hay refugio, y no hay horizonte y crecer duele.-