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Hoy la once tuvo un sabor especial, no porque haya comido cosas ricas (de hecho, estuvo tan especial que solo me dieron ganas de comer pan con mantequilla, así como antes) y es que nos sentamos de nuevo a la mesa los 4; y ‘de nuevo’, porque pasa que mi papá es de esos tipos que no se enferman nunca, entonces que haya tenido que pasar una noche en el hospital nos descolocó a todos, una semana en cama, subiéndole comidas especiales (desde que volvió comer) que tenerlo hoy en la mesa (con el alivio de verlo mejor) fue una cuestión que nos reconfortó a todos.

Además la tarde – noche está genial, con lluvia afuera, son de esas tarde en que es inmensamente grato estar encerrado en la casa, como buen refugio (aunque sea obligadamente, quedándome 200 y tantas páginas por leer aún para procesal el viernes). Comimos sopa, de esa sopa en sobre, me mandaron a comprar el pan (hace rato que no iba a comprar el pan) y hasta tenía sabor a pan de almacén (como el pan de la panadería ‘Universal’ que está ahí en la Alameda, al lado de la USACH, donde vivíamos antes), once presente, once nostálgica, que manera de reírnos.

Definitivamente, hoy la once, tuvo un sabor especial.


(No sé porque rayos con Explorer no se puede comentar, a penas tenga tiempo lo arreglo, gracias por sus visitas!)