Así - no más.

Anoche (bueno, hoy a eso de las 3 a.m.) me comí un par de dulces y me vino la nostalgia.

Claro, ya no es esa nostalgia cursi de antes (igual era rica), pero si pasó, parar 10 segundos y darme cuenta de que estamos en mayo (no sé si decir, 'ya estamos' o 'recién estamos', porque con esta idea de dormir poco, el tiempo se hace un punto y todos los días fueron ayer, pero un solo día, 'ayer').

Es que el 1 de enero, me regalaron una bolsita con 12 dulces, con la explicación de que era uno para cada mes, para cuando se pase un momento duro, en cada mes (por eso de endulzar la vida). Lo que me gusta del blog, es que cuando pase el tiempo, voy a poder leer y que me venga esa nostalgia no-cursi (nostalgia a la que le tengo nostalgia) de como se han pasado los dos últimos años; y así, en este espacio he podido dejar escrito lo extraño que ha sido lo que va de este año.

El problema con los dulces, es que cuando tuve un mal día, no tengo idea de si voy a tener otro peor y no quiero gastar mi dulce del mes, así que se fueron acumulando y hoy en la madrugada quería un dulce y me los empece a comer, entonces, el de enero fue en honor a este tipo; el de febrero, a mi abuela; el de marzo, a mis amigos y el de abril, a mi rendimiento (aunque en abril se juntaron todos, pero en fin, aún así no me comí ni un solo dulce, eso demuestra optimismo).

Así que se produjo una dulce restrospección, de cuando, por un par de meses, dejé de ser yo; ahora, al fin, recuperé la independencia emocional y entro en la pasividad mental y me gusta este estado, nostálgico no-cursi, pero añorando la cursilería de siempre, disfrutando, con cautela, pero disfrutando.


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