abril 23, 2006

Downtown



23 de abril y hace tres años era una fecha especial, cuando existía poesía en la laif. Por estos días he andado especialmente melancólica, pero ya no es útil y, entonces, sirve solo para perder el tiempo y me está yendo tan mal, porque bajó la desmotivación y así no resulta (está tan fea la Escuela).

otra cosa...

en el marco del 23 de abrir me acordé de Jorge, por Jorge me acordé de Bertoni y por Bertoni me acordé del como conocí a Bertoni y del cuento que me contó en el “show de los libros” y, para variar, llegué, de nuevo, a “De vez en cuando” que por alguna extraña razón siempre llega a mis manos cuando ando con malestares cardiacos. Porque es un libro tan llorón (peor que este blog) que juntando y escuchando y leyendo experiencias, me sigue rondando la duda de qué es lo que produce tanto malestar generalizado post experiencias amorosas.

Bertoni relataba de cómo estaba de mal cuando salió persiguiendo a la niña al país del norte, sin monedas y sin idioma; la nata me contaba de un blogger que salió persiguiendo a la niña por el sur y la niña se arrancaba y el tío blogger dejó de bloggear (y de trabajar y de vivir casi) por un tiempo, precisamente por este inconveniente; un amigo me contaba de cómo anda de nervioso de volver a enamorarse por el amor doloroso y fallido que superó luego de un año (y solo por la fuerza de la distancia); una amiga me contaba de cómo su hermano reprobó ramos; me tocó ver como un amigo temblaba tras chocar con un no; preguntarle, el otro día, a un amigo que como estaba y me dijera ‘mal, muy mal, ayer mi polola terminó conmigo’ y verle los ojos llorosos; escuchar que otro amigo me dijera, “a mi me dijo ‘no eres tu, soy yo’, y después andaba con otro; quedé pa’ la cagá po”; y así, leer blogs, leer frases en el foro y de a de veras, no entiendo como rayos es que esa cosa bacanosa que se siente pueda variar en una cosa obsesiva y contaminante que provoca una parálisis del mundo.

menos mal que siempre pasa, porque se supera, cierto?; juro que no entiendo.

volviendo a Coke y a Bertoni (ve que ando nostálgica y me acuerdo de estas cosas y que antes era más mamona de lo que soy ahora o más romántica o más llorona, lástima que aún no se me pase).... ahora guardo el poema que en internet NO ESTÁ y tuve que recorrer los bibliometros para encontrarlo, y blogger.com será el respaldo.


Downtown

a veces siento tanto
lo que siento por ti
que me meto en uno de
esos pasajes por los que
no pasa nunca nadie y hay
puros zurcidores japoneses y
afiladores de tijeras y me pongo
a llorar mirando un ovillo de lana.



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