abril 29, 2006

Incapacidades


Ayer tuve uno de esos encuentros que me ha mantenido con una sensación de alegría rica todo este día.

Lo gracioso, no fue llegar tarde a mi casa y que me retaran por no avisar, ni poner la cabeza en la almohada y quedarme con las ganas de ver Amelie, ni haber despertado hoy a las 1.30 de la tarde, sino que fue la definición de puerco espín a la incapacidad que tengo de no poder decir lo que siento, aquel bello método de defensa de que cuando siente miedo, saca sus espinas; me pareció una imagen genial.

Es que siempre es complicado decir ‘te quiero’ o ‘te necesito’ (anoche me fue completamente imposible), no para todos no existe complicación en decir lo que uno siente; y no es por falta de confianza, y de ahí, cabe mencionar que tampoco sea miedo, pero, tal vez si es miedo, porque decir te quiero implica entregar algo y esto de andar dejando cosas en el mundo, a mi al menos, me asusta. Por otra parte, siento, que otra persona la quiera a uno, es un triple de responsabilidad que decir uno mismo al otro que lo quiere, porque ahí si que se acaba una pizca de libertad, uno no se puede matar tranquilo porque sabe que hay otro que lo va a llorar y le va a doler y va a sentir su ausencia y etcétera.

Como que nunca le he tenido mucha confianza a las palabras (paradójico, no?) andar diciendo te quiero a diestras y siniestras también, como receptora de la frase, se me hace complicado aceptarlo, por eso, prefiero demostrarlo, es necesario oírlo?, insisto, anoche trate de demostrarlo de miles de maneras, pero cuando me toco decir ‘te llamé porque....’ no pude decir ‘te necesitaba’.

Hace un tiempo me retaron porque dije que no me gustaba sentirme vulnerable, y hacer notar que uno quiere a la gente (sobre todo a la que no se está segura de que si la quieren a una de vuelta) deja en un estado de vulnerabilidad extrema y por eso mismo, el otro, puede sentir una responsabilidad, que a mi, al menos, me cuesta mucho cargar.

Perdone si no le digo muy seguido que le quiero, así que cuando lo haga, valórelo en demasía y cuando lo demuestre, entiéndalo y entiéndame.