julio 11, 2005

Sentidos



Siempre he agradecido al Cielo por los sentidos, aunque suene cursi, me encanta estar, así, simplemente estar y escuchar a los pájaros, el balbuceo de una guagua o que se yo; pero lo que más me encanta en poder mirar los atardeceres, sea en la montaña, en el mar, en la micro (aunque no sea tan agradable) o en el balcón de mi casa, por cierta obsesión con el cielo, nunca es el mismo, bueno, siempre el mismo cielo, pero los colores no son iguales, algo así como una pintura impresionista, pero con un macro-tiempo.

Pero hoy, mientras daban comerciales en el 13 durante la entrevista a Nicolás Eyzaquirre, cambié a Chilevisión y estaban dando un programa de Jordi Castell, en que se relataba la vida de un minusválido y enganché por una frase que el tipo dijo, era algo así como que lo que extrañaba de no poder caminar era sentir el suelo, la textura del pasto, de la arena, de las piedras, y wow que es cierto, se me había escapado aquello dentro de mi búsqueda habitual de sensaciones; si bien es una cuestión que se ha vivido y apreciado en su momento, no había estado por acá presente y, claro, ha de ser complicado extrañar los pies hundiendose en una de esas alfombras de pelo largo, sintiendo el frío y las cosquillas del pasto con la tierra húmeda en todos lados, la arena que tanto molesta entre los dedos cuando ya no se difruta, la sensación de las piedras bajo los zapatos (porque sin ellos, pucha que duelen los pies).

A veces lo pienso y creo que la única capacidad que estaría dispuesta a perder sería el habla, me cuesta imaginar un mundo en silencio (hasta oir el silencio es grato, el ruido de Santiago amaneciendo, allá lejos, a las 5 de la mañana), un mundo sin colores sería insoportable, sin olores (sin olor a té!, o a algún perfume, o sin olores que traigan recuerdos o que permita apreciar sabores), un mundo sin sabores, sin chocolate, sin sal!, sin limón, sin alcachofa; un mundo sin tacto, sin frio, sin calor, sin pelos de mi perro, sin piel.


Entonces es cuando empiezan las discuciones internas entre el conformismo y cuan malagradecida soy.