julio 21, 2004

Desde el SURE

Vivi se viene a vivir al sur, aparentemente durante esta semana de vacaciones, dijo que se venía a criar piojos, pero, para variar, las cosas que se propone están lejos de hacerlos realidad; mañana tiene que estar a las 10.30 en el liceo de Lebu para que le expliquen materia de matemáticas que no ha logrado asimilar.

El viaje:
Que lejos quedan esas historias de autos carreteros, en los que había que salir de madrugada, para llegar a una hora decente a la ciudad de destino; que lejos quedan esas historias de las carreteras con una sola vía, en que había que armarse de paciencia cuando se encontraba con una camión; que lejos quedan esas historias de las carreteras llenas de hoyos. Las carreteras (ahora bien llamadas “autopistas”, al menos para mi conocimiento provinciano), están de lujo, ocho horas de Santiago a Lebu (octava región, de Concepción a la costa), quién lo diría...

El clima:
Hace menos de una semana, en Santiago llovía, alertaban no salir de casa si no era realmente necesario y quedaba la crema para variar, hace menos de hace menos una semana, había una “ola polar” que tenía a todos los cabros, chicos enfermos; anoche y ante noche, mis dientes estaban gastados por tanto tiritar y había un verdadero temporal; decía hace menos de una semana, que me sorprendía que la lluvia en santiago mojara, ayer, acá, tiraban el agua con balde y el viento era impresionante. Pero, lo normal, decía mi tía, no sé si estoy vieja o tengo mi cuerpo demasiado acostumbrado a mi ciudad, porque, que manera de costarme temperar.

Conclusión:
Me encanta el sur, con lo que no digo que no me guste Chile, por lo que también me gusta Santiago; feliz estadía a quienes siguen por allá.