abril 03, 2008

La judicatura moral

Dos noticias pomposas me produjeron dolor de guata mientras tomaba once; la suspensión a Provoste (el porcinazo) y la confirmación de los peores presagios, que el Tribunal Constitucional dijera que no y ya no solo a la píldora sino que se metiera con métodos anticonceptivos que me preguntaron hasta en la PSU de ciencias.
De repente se me vino a la mente la imagen de miles de niñitos vestidos igual (de verde caqui), pensando igual y cantando canciones de linda tonalidad; porque ahora, el id y reproducios debe ser la premisa general para los chilenos y que me importa lo que usted piense (y con cuanta plata cuente) porque tiene que reproducirse maldita sea, porque ese es el mandato supremo, peculiar forma de igualdad de un sector que no cree en ella.
Y por otra parte está el órgano legislador (TC, ese, sí ese, el que usted no puede elegir) que dice que el Derecho tiene que meterse en regular hasta de que lado de la cama duerme y de nuevo se me aparecen las imagenes del Estado intervensor de los niñitos verde caqui que si dicen algo distinto le ponen gorros negros que le recordarán que no puede pensar lo que quiera... autodeterminación, qué es eso?. Entonces recuerdo lo que leí de Galeano hace varios años atrás en el libro de los abrazos, en que se preguntaba que al final de cuentas, en qué se diferenciaba una dictadura de derecha de una de izquierda (lo que recordaba mis dudas de los 7 u 8 años, cuando no lograba entender porque Pinochet y Fidel Castro no eran amigos).
Claramente el Derecho tienen un límite, ya es extravagante que lleguen casos como este a los tribunales ordinarios y que se termine fallando, via recurso, en la Corte de Apelaciones sobre el uso o no de una pastilla anticonceptiva con un efecto cuasirelativo, porque finalmente decide si tal o cual municipio (una pequeña cantidad de gente que ya dejan de ser dos partes claramente individualizadas) puede o no repartir la famosa píldora, pero, y por último, usted votó por su alcalde (un horrible argumento, viva la supresión de las minorías). Pero seguimos, como la cuestión no quedaba cómoda, o sea, no todos los municipios interponían recursos, vamos más alto y legislan, para que ya no sea sólo la gente circunscrita a cierta posta, sino que abarque al país completo, pero como la orden es id y reproducios no puede contemplarse ningún tipo de anticoncepción, por lo que no sólo legislamos sobre el (la prohibición de) Levonogestrel, sino que aprovechan el impulso y dicen si o no sobre otros métodos anticonceptivos y de paso le informan a que hora debe acostarse y a cual levantarse. El Derecho que lo regule todo, el Estado respirandole detras de las orejas, la eficiencia y utilidad al carajo, y yo me pregunto sobre la legitimidad de estas normas, legitimidad no en sentido orgánico, sino que materialmente, si la última palabra la tendrá el TC, palabra que nunca debió haberse pedido, porque, me imagino, las personas deben tener un mínimo (y nótese lo feo que suena) de libertad para, al menos (el mínimo) realizar su propio (suyo, de él/ella mismo(a)) proyecto de vida. Pero señores, si naturalmente usted no puede engendrar hijos, será pecado, perdón, ilegal, no tenerlos.
Si hubiera sabido que hoy Santo Domingo estaba cortado porque habían manifestantes tratando de hacer entrar en razón a la gente del Tribunal Constitucional, me hubiese bajado de la micro para unirme a la causa porque definitivamente hay una cuestión que yo no entiendo, no puedo, tengo la mente chica, y es que yo, singular, Viviana Díaz, cristiana, protestante practicante, que me acojo tanto al id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura como a la citada frase del génesis y la veo como un mandato, no entiendo, pobre mi mente estrecha, porque debería hacer que mi vecino tenga que creer, y acatar, lo mismo que yo.
Se me ocurre que puede ser peligroso el Derecho del totalitarismo, ve que, en cualquiera de estos días, me pueden prohibir tomar Coca Cola.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Y más encima, los señores redactores de dicho requerimiento, cuando les mostrabas semejante problemática sanitaria (Programa HOY, Red Tv, ayer jueves)... se reían y no les importaba. Respondiendo con un ligero "que el gobierno se haga cargo".

La época de las regulaciones totalitarias, se supone, que pasó hace rato, dando cuenta que siempre quedarán obsoletas, ya que no siempre podrás pensar en todo y la marginalidad resultante es demasiado amplia como para dar por resuelto los problemas. Hoy por hoy, el derecho ha de dar alternativas, para así en definitiva, resolver problemas y no solo limitarse a transmitir la visión y los intereses de un grupo de poder.

Saludines

viernes, abril 04, 2008 12:03:00 p. m.  

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