marzo 16, 2008

Ennio Morricone, la odisea

El jueves o viernes me enteré por teletrece que harían un segundo concierto de Morricone y que se cambiaba el sistema de entrega de entradas para transparentarlo... domingo 16, desde las 10 am en la Estación Mapocho...., a las 7 hay que estar allá, me dije.
Anoche (sábado) llegué a la casa a eso de las 3, pensé en que para qué dormir, así me daba la mañana y partía sin el riesgo de quedarme dormida, pero la veta de cordura me traspasaba y me metí a la cama (además, el viernes también había transnochado) rogando no pasar de largo hoy (domingo); entre tele y despertador, sonaron a eso de las 6, desperté y me sentí muy rídicula, así que dormí cerca de 15 minutos más; me levanté y salí, de noche, tomé desayuno por el camino y fue genial que la i 14 pasara tan rápido, sabía que el metro estaba cerrado, así que mi itinerario era llegar a la Alameda y de ahi una micro al centro y de ahi una hasta Mapocho, pasó la primera y no paró, al siguiente semáforo pasó otra, paró y decía Estación Mapocho como último destino, vamos! que las cosas se estaban dando. Todavía oscuro, llegué a la Estación y la gran sorpresa, una fila interminable (y yo que pensaba, quizá habrá de estar gente, pero de más quedo bien, al menos, al frente de la Estación); avanzaba y avanzaba y avanzaba y la fila no terminaba nunca... y como envidiaba a la gente de adelante, con sus sillitas, su vaso de café y leyendo El Mercurio y yo pensando en devolverme porque había tanta tanta gente; llegué al final, 7.30 y seguía llegando más y más gente... y la incertidumbre de no saber cuantos pelagatos habían delante de uno.
Escuchando música (no de Ennio, claro, porque insisto en la snobicidad de comentar libros estrafalarios en las ferias del libro y de escuchar a Ennio para que supieran que yo sí conocía a Ennio más allá del "Oboe de gabriel"), la persona de delante mío me empezó a conversar y luego se unió otro y se armó el grato ambiente que hizo muy llevadera la espera. Además, no faltó el tipo que se dió la lata de contar uno a uno la cantidad de gente que había y, hasta donde yo estaba, íbamos 1500 y, por tanto, estabamos adentro (vamos CTM!).
A eso de las 9 avisaron que se habían abierto las puertas y estaban entregando entradas, la fila se empezó a mover, llegó otro conteo de que hasta donde yo estaba, íbamos 1800... en una hora se habían colado 300 personas, así que, había que poner ojo. En una vuelta, entre el parque de atrás de la Estación y Balmaceda 1215 (?) se trataron de meter 4 viejas y logramos sacarlas.... ya estabamos avanzando, con la guata apretada.... es que era tanto tiempo esperando; ya en la explanda, frente a la Estación, comenzaba la ansiedad, el público inclemente con los colados y las pifias que se sentían hacía atrás que daban cuenta de que la labor no era simple en ninguna etapa de la espera, una amiga que me llama y me dice voy para allá (cuando la fila llegaba más allá de la norte sur)... un par de viejas que trataban de meterse y que caminaban al lado de una, pero nosotros (yo como parte de la gente) íbamos como niñitos de jardín, más adelante, otra señora que me pidió que la colara... le respondí con un seco no, ya estábamos en el costado de la puerta principal y el nudo en la guata se empezaba a desatar, otro colado más que sintió la fuerza de la represión social y tuvo que salirse... ya estabamos adentro, mis entradas y se me puso la piel de gallina... era inmesamente feliz. No costaron un peso, pero pucha que valen mis entradas, cerca de tres horas de esperas, eras las 10.15 y ya estaba fuera.
Me encontré con mil personas (bueno, 10.000, claro), conversamos con un paco, le dabamos ánimo a las personas que esperaban, todo en buena onda (obvio, ya tenía mis entradas); alegábamos de cuanta gente estaría ahí sólo porque era gratis, pero lo importante era que los fanáticos estaban dentro de los mil primeros. Un mes de espera, tres horas de nervios y ya está, el jueves a Morricone!.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Buena narración de tu odisea por conseguir las entradas, muy entretenida. Ahora, ha disfrutar del maestro de las bandas sonoras donde la de Cinema Paradiso es una de mis favoritas.
Saludos

domingo, marzo 16, 2008 4:56:00 p. m.  

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