Cambios
Está claro que los primeros días de clases son de ajuste, sin obviar que llegar a cuarto ya se vivió sin emoción, era como no haber salido nunca y, sin embargo, con los recuerdos del sur todavía presentes. En los primeros días es volver a ver a los amigos, conocer el edificio nuevo, levantarse temprano, reencontrarse con el Transantiago, pero también es sentir ausencias, porque, será este periodo, universidad, el que pasa más rápido y la gente, amigos, ya son estudiante - abogado y desaparecen (u otros, se cambian de carrera); además están los mechones que ya cuesta diferenciarlos porque a uno le alcanza la memoria para una generación para atrás y el resto, es pura gente nueva.
Y en este periodo de ajuste, comenzando a completar el calendario del primer semestre, se me apareció el fantasma del semestre anterior y el trauma del semestre anterior y las rabias del semestre anterior y las nostalgias al semestre anterior y decidí verme y reconocerme y asumir que sólo soy responsable y no un genio y, como nunca, ajusté más de los debido todo; ahora resulta que me fui del curso que más amor odio le tenía y se siente extraño, demasiado extraño, de repente, falta de confianza a lo nuevo (además de la gente "pasá a caca" que me intimida), pero dicen (y me dicen) que los cambios generalmente son buenos y que conviene, de vez en cuando cambiar de aire... hoy me confirmaron el cambio y hubiese preferido que me dijera "sin vacantes".
Por otra parte tomé otra serie de ramos que me interesan en serio, voté otros que me transformaban un calendario incompatible y hoy, sentada sola en Regulación de Servicios Públicos, re pensé las cosas y armé este semestre como ya no puedo hacerlo. Estoy lejos de mis compañeros - amigos de siempre (en todo caso no es fácil asumir que te digan "todos los amigos de mis hijos son simpáticos, menos la vivi... y no es broma", frase - puñal para un ególatra) y el ajuste se me vuelve en un reajuste (porque ahora me veo por fuera... ellos tienen el calendario que yo debiese haber tenido, pero que no quise tener, porque la experiencia de hace un par de meses me enseñó que despacito por las piedras las cosas resultan igual, pero se siente raro, muy raro).
En fin, mañana a Morricone y todavía no decido con quien ir.
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