Ups...
rayos, rayos, rayooooos!,
se abrieron cicatrices que ya creía cerradas, quien me manda a ir a la semana del postulante, quien me manda a trabajar en el patio de las carreras científicas, rayos!; el año pasado, en esta instancia, celebraba que ya no me hacía cosquillas escuchar a los puntajes nacionales que decían ‘si, voy a estudiar medicina en la Chile’.
Y dale, si pasé a tercero, ya lo tenía asumido y decidido restarle importancia al cuento, pero encontrarme con una niña, del liceo, de obstetricia, de tercera vez que daba la prueba, de que no quedaba de nuevo, escuchar a otra con 810 y 790 puntos y que matemáticas (con 730) la había dejado fuera, de gente capa que no encuentra pega (que le queda a uno); yo asumí que no tenía dedos para el piano hace rato (cacha po’, el medio puntaje y no le alcanzaba, yo años luz de eso siquiera) y que por eso no me iba a una privada, pero cuanto me he arrepentido, la gente dice que la PSU no mide nada, pero siempre estoy tan dentro de las estadísticas que yo le creí que no era capaz de otra cosa y ahora, luego de 3 años de meditación a distancia y sabiendo que tengo que esconder en alguna parte segura esta cuestión de ‘la vocación’, estudiaría med en la mayor o enfermería muerta de la risa. Ad portas de tercero, le tengo miedo, es puro derecho y no tengo norte, pero soy cobarde y todavía les compro con que la abogacía es una buena carrera.
Es tan genial la letra de ‘deseos de cosas imposibles’; perdón por mis cinco minutos de retroceso.
se abrieron cicatrices que ya creía cerradas, quien me manda a ir a la semana del postulante, quien me manda a trabajar en el patio de las carreras científicas, rayos!; el año pasado, en esta instancia, celebraba que ya no me hacía cosquillas escuchar a los puntajes nacionales que decían ‘si, voy a estudiar medicina en la Chile’.
Y dale, si pasé a tercero, ya lo tenía asumido y decidido restarle importancia al cuento, pero encontrarme con una niña, del liceo, de obstetricia, de tercera vez que daba la prueba, de que no quedaba de nuevo, escuchar a otra con 810 y 790 puntos y que matemáticas (con 730) la había dejado fuera, de gente capa que no encuentra pega (que le queda a uno); yo asumí que no tenía dedos para el piano hace rato (cacha po’, el medio puntaje y no le alcanzaba, yo años luz de eso siquiera) y que por eso no me iba a una privada, pero cuanto me he arrepentido, la gente dice que la PSU no mide nada, pero siempre estoy tan dentro de las estadísticas que yo le creí que no era capaz de otra cosa y ahora, luego de 3 años de meditación a distancia y sabiendo que tengo que esconder en alguna parte segura esta cuestión de ‘la vocación’, estudiaría med en la mayor o enfermería muerta de la risa. Ad portas de tercero, le tengo miedo, es puro derecho y no tengo norte, pero soy cobarde y todavía les compro con que la abogacía es una buena carrera.
Es tan genial la letra de ‘deseos de cosas imposibles’; perdón por mis cinco minutos de retroceso.
3 Comments:
Bueno, en ocasiones me pregunto...¿y si me hubiese metido en Filosofía y Telogía? Mmmmm, la verdad no me veo ahí, yo y mi mente psudojurídica.
Cuán diferentes serían nuestra vidas si regresáramos atrás, y cambiáramos una decisión.
En fin... muchas son las nuevas cosas, y poco el espcio para hablar de ellas.
Que tengas buenas vacaciones, Beepy.
Besos.
Carlo.
Piensa que si las cosas hubiesen sido diferentes, si tus decisiones hubiesen sido otras, hay cosas que ahora no te estarían sucediendo... y no sólo cosas negativas, sino que quizás te hubieras perdido muchas cosas positivas en tu vida. Mucho ánimo. Besos.-
No se si es autosugestion, autosabotaje o que, pero no eres la unica.
es que ese tipo de cosas no se extinguen, solo se toman un descanso para aparecer nuevamente. puaj.
trata nada mas de no marearte tanto con el cuestionamiento. y relax.
chow chow!
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