diciembre 16, 2004

Vacaciones (sin raices)

Extraño esto de estar de vacaciones de veras, no eso de los últimos seis meses en los que, por primera vez desde hace harto tiempo, me pude acostar sin el fantasma de una nota, sin tareas, sin tener que pasar una noche en vela por una prueba o un examen (estoy obviando la semana antes de la PSU); al fin tengo tiempo para escribir (de apoco iremos conectándonos con la vena), espero actualizar más seguido al señor blog y re tomar las lecturas de los bloggers amigos, ahora, la vida inmediatamente después de haber entregado la prueba obligatoria de matemáticas (porque la de historia la tomé tan en serio como para terminarla en media hora y quedarme dormida en dos preguntas), ha transcurrido en la lectura no obligada ("La borra del café", libro que compre en marzo), viendo tele sin remordimiento, viendo mucha comedia romántica y una que otra buena película recomendada (además de "Los Increíbles", guac!, al menos pude enterarme de que SÍ llegara a Chilito "Bridget Jones: the edge of reason", mi lindo placer culpable), ya ando media desconectada de la actualidad nacional (Paulsen, que hoy le dio 5 minutos a la definición de un weblog, es el único que me cuenta lo que pasa en el mundo, pero ya no le pongo tanta atención, estoy de vacaciones!) dentro de los días televisivos se incluyen la caminatas por el centro, por el mall poniente y por el mall oriente, buscando la consola antigua de play station 2 y, por supuesto, durmiendo mucho.
Extraño esto de estar de vacaciones sin haberse despedido de nadie y sabiendo que nadie la espera a uno, vacaciones, ya, sin el gustito amargo de que algo se abandona, vacaciones que son un paso más simplemente, el cruce de la delgadísima línea que estaba en la entrada (o salida) del Liceo A-24 Gabriel González Videla, es como más de lo mismo, sin ser lo mismo, esto se disfruta de una manera difente.
El sábado recibí una llamada del tipo, hoy pasé frente del Diego Portales y andaba circulando gente con insignia amarillita con una L y un 1; noche silenciosa, viaje largo en micro desde maipú a las condes, he aquí lo último escrito, para lo último sentido (espero que, de verdad, no se convierta en lo último)… Esta muy largo, ya no tengo ganas y, los versos, son un recuerdo muy pasado.