Silencios
Hay una cuestión que me tiene media obsesionada este último tiempo, quizá es una variante de la obsesión por el tiempo; y tiene que ver con los distintos silencios que hay durante el día (entiéndase "día" como las 24 horas, o sea, exista o no luz); y es fácil perseguirlos cuando no se duerme y cuando se pasa demasiado tiempo con actividad lectora, completamente impávida exteriormente.
El silencio perfecto lo he encontrado en la cordillera, pero ese es medio nostálgico y prefiero no recordarlo cuando bajan las ganas de tirar todo por la borda y ser uno y el planeta y el cerro, y el verde y los árboles y la altura y la soledad; no, esa circunstancia es demasiado perfecta como para hacerla entrar. Lo mismo que en Lebu y la playa Millaneco, que está convertida en una playa desierta, pero que genial es caminar por el no largo de su orilla (no es grande la playa) y oir el rebote de las olas. Y si se trata de hablar de sonidos perfectos, el mejor de todos es el del campo, como a esta hora (7 del horario de la luz) y los treiles se van a dormir, sonido más la raja no conozco.
Pero ya, en la ciudad, en la rutina, el silencio "perfecto" se produce a las 3 de la mañana, y lo pongo entre comillas, porque entiendo que con la cantidad del ruido del planeta, es imposible escuchar el fa del universo, pero a esa hora no es escucha nada, nada de nada; tipo 3.30 tirado para las 4 comienzan a despertar los pájaros, que ahora me caen bien, antes, cuando el estrés era extremo, los envidiaba tanto porque ellos me sacaban pica de que ya habían dormido. A las 4.30 empieza a moverse Santiago de nuevo, vivir en el suburbio permite escuchar el ruido que viene desde el centro, obviamente no puedo reproducirlo, pero se siente un murmullo desde "allá"; a las 5, empieza el sonido desde "acá" y el murmullo se hace más latente a medida que amanece. Entre las 3 y las 5, los perros casi no ladran.
A las 7 - 8 los pájaros comienzan su concierto, acompañados por los gallos; a las 9, se escucha uno que otro auto que pasa por la calle, el sonido de la media mañana, es un sonido de calma, los perros también despertaron (hace rato, en verdad, como a las 7). A las 11 la música de los vecinos, el tipo vendiendo cloro, el camión de gas, con la canción "caliente con gasco, eo" o, el que me gusta más, golpeando los balones con un fierrito. 12 - 1 se escuchan el choque de los tenedores y el cuchillo en el plato (creame que se escucha), a las 2, la tele con las noticias, 3 - 4 calma, se oye el ruido de Santiago de nuevo, pero es un ruido más cercano, se juntan el "acá" y el "allá". A las 5, los perros, la música. A las 6 empieza a reclinar el día, los pájaros reaparecen, el ruido de "acá" se hace más intenso, los perros comienza a mostrar que tiene hambre. De 7 a 8 creo que es el silencio más intenso y el más deprimente, es el silencio de "se te fue el día", el silencio reflexivo, si pienso en matarme a esta hora lo haría, es un silencio insoportable.
A las 9 y 10 es el silencio del encierro, el ruido de Santiago empieza a disminuir, el de "acá" y el de "allá", mi silencio se llena por mi familia, el sonido más agradable, la voz de mi amá, la confianza, la calma. Afuera, un par de personas que pasan conversado, pero el barrio para y la ciudad se acalla. A las 11 es un silencio de transición, perros, se hace notar de nuevo el ruidos (más bajito eso si) de "allá" y entre las 12 y la 1.... no, de ese silencio no me acuerdo, probablemente sea igual que el anterior, pero sigue siendo silencio nocturno sin llegar a ser el de trasnoche, que, volvemos, es el silencio "perfecto".
El silencio perfecto lo he encontrado en la cordillera, pero ese es medio nostálgico y prefiero no recordarlo cuando bajan las ganas de tirar todo por la borda y ser uno y el planeta y el cerro, y el verde y los árboles y la altura y la soledad; no, esa circunstancia es demasiado perfecta como para hacerla entrar. Lo mismo que en Lebu y la playa Millaneco, que está convertida en una playa desierta, pero que genial es caminar por el no largo de su orilla (no es grande la playa) y oir el rebote de las olas. Y si se trata de hablar de sonidos perfectos, el mejor de todos es el del campo, como a esta hora (7 del horario de la luz) y los treiles se van a dormir, sonido más la raja no conozco.
Pero ya, en la ciudad, en la rutina, el silencio "perfecto" se produce a las 3 de la mañana, y lo pongo entre comillas, porque entiendo que con la cantidad del ruido del planeta, es imposible escuchar el fa del universo, pero a esa hora no es escucha nada, nada de nada; tipo 3.30 tirado para las 4 comienzan a despertar los pájaros, que ahora me caen bien, antes, cuando el estrés era extremo, los envidiaba tanto porque ellos me sacaban pica de que ya habían dormido. A las 4.30 empieza a moverse Santiago de nuevo, vivir en el suburbio permite escuchar el ruido que viene desde el centro, obviamente no puedo reproducirlo, pero se siente un murmullo desde "allá"; a las 5, empieza el sonido desde "acá" y el murmullo se hace más latente a medida que amanece. Entre las 3 y las 5, los perros casi no ladran.
A las 7 - 8 los pájaros comienzan su concierto, acompañados por los gallos; a las 9, se escucha uno que otro auto que pasa por la calle, el sonido de la media mañana, es un sonido de calma, los perros también despertaron (hace rato, en verdad, como a las 7). A las 11 la música de los vecinos, el tipo vendiendo cloro, el camión de gas, con la canción "caliente con gasco, eo" o, el que me gusta más, golpeando los balones con un fierrito. 12 - 1 se escuchan el choque de los tenedores y el cuchillo en el plato (creame que se escucha), a las 2, la tele con las noticias, 3 - 4 calma, se oye el ruido de Santiago de nuevo, pero es un ruido más cercano, se juntan el "acá" y el "allá". A las 5, los perros, la música. A las 6 empieza a reclinar el día, los pájaros reaparecen, el ruido de "acá" se hace más intenso, los perros comienza a mostrar que tiene hambre. De 7 a 8 creo que es el silencio más intenso y el más deprimente, es el silencio de "se te fue el día", el silencio reflexivo, si pienso en matarme a esta hora lo haría, es un silencio insoportable.
A las 9 y 10 es el silencio del encierro, el ruido de Santiago empieza a disminuir, el de "acá" y el de "allá", mi silencio se llena por mi familia, el sonido más agradable, la voz de mi amá, la confianza, la calma. Afuera, un par de personas que pasan conversado, pero el barrio para y la ciudad se acalla. A las 11 es un silencio de transición, perros, se hace notar de nuevo el ruidos (más bajito eso si) de "allá" y entre las 12 y la 1.... no, de ese silencio no me acuerdo, probablemente sea igual que el anterior, pero sigue siendo silencio nocturno sin llegar a ser el de trasnoche, que, volvemos, es el silencio "perfecto".
Tengo un amigo que era sordo, fue sordo de nacimiento, hace poco lo operaron y ahora oye, pero muchas veces ha deseado volver a ser sordo. Olvide todo lo escrito, ese es el silencio perfecto.
1 Comments:
Me recordaste mis ganas de irme a vivir a la montaña cuando viejo. Alguna vez las tuve. Por ahora, extraño las madrugadas para hacer lo que uno tiene que hacer. Es que cuando uno trabaja ya no se puede dar esos lujos.
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