junio 03, 2004

Entorno

Debo reconocer que hoy actualizo, solo para no dejar esto tirado, no se me ocurre que contar de nuevo, igual tengo varias ideas locas en la cabeza, y trataré de exponer una de ella, que en esta fría mañana, me dejó muy inspirada.
Vivi, desde segundo medio y segundo semestre, no hay ramo que odie más que sean las matemáticas, cree que tiene un pensamiento abstracto bastante bien desarrollado, pero con las matemáticas tiene una tranca, que aún no ha podido superar.
En tercero medio saca promedio 3.94, y, a partir de allí, comienza su tragedia con este ramo. Es a tal punto que llega esta tranca, que en PSU matemáticas, obtiene solo 605 puntos, lo que, por esas cosas de la vida, la traen a la Universidad de Chile, a conocer a un profesor de matemáticas, que, a falta de una palabra mejor, es un verdadero genio (matematicamente, no lo tiene claro), pero es de las pocas personas que recordará por mucho tiempo, dado que siente una clara admiración por la gente inteligente.
En esos cambios que trae la vida, ahora no le gusta faltar a clases, al menos ya no es un suplicio, pero la fobia al pizarrón, la hizo ausentarse por 2 semanas seguidas, hecho que hoy extrañó, porque sí fue a clases y volvió a disfrutar de aquel profesor (y de los factoriales). Mañana tiene prueba de matemáticas (y está en un PC perdiendo el tiempo), no se tiene confianza, pero va a dar la pelea, eso lo tiene claro.
Las matemáticas son lógicas, vivi es ilógica, las matemáticas son geniales, insisto, vivi es ilógica.